Las imágenes
fragmentadas, corresponden a un tiempo fragmentado.
Con el correr de los siglos
el hombre ha construido múltiples sistemas de medición del tiempo. En líneas
generales estos sistemas se dirigieron hacia la fragmentación del mismo en
unidades cada vez más pequeñas. Hoy en día se trata de incorporar la mayor
cantidad de acontecimientos en la unidad más pequeña de tiempo. A su vez los
espacios urbanos han mutado y los habitantes se encuentran retrasados con
respecto a tal evolución, aún no contamos con las herramientas perceptivas adecuadas
a este nuevo hiper espacio. Se genera de esta forma una ruptura entre el cuerpo
y el espacio que puede considerarse como signo de nuestra incapacidad mental de
confeccionar el mapa de la gran red comunicacional en la que como sujetos
individuales nos vemos sumergidos. Contemplamos partes separadas perdiendo la
“distancia crítica”. No hay lugar a donde correrse para contemplar la
totalidad. Entonces el sujeto contemporáneo vive en lo superficial, sin poder
correrse para contemplar lo profundo.
De aquí la percepción plana y fragmentada de la realidad,
donde se imbrican culturas, ideas, objetos, naturaleza, industria,
símbolos y formas.
Esta forma de percibir de a fragmentos terminará formando
una totalidad, el esbozo de un instante de percepción en la era contemporánea.
Todo lo que nos rodea se condensa en un instante: gran diversidad de productos,
de ofertas, de valores, de ruidos, de velocidades, de personas y hasta símbolos
y percepciones inconscientes y personales. Inevitablemente, las partes de ese
todo tendrán aparecerán en la imagen distorsionadas, superpuestas. Hay mucho
que poner en un diminuto espacio, hay mucho que asimilar en muy poco tiempo.
Bibliografía de apoyo: “El
posmodernismo o la lógica del capitalismo avanzado”,
Federic Jameson
Federic Jameson
El Árbol Fragmentado, 2006. |
Añadir leyenda |
"Los Señores de Galera Fragmentados", 2006. |
"Niños Mirando la Tele", 2007 |
Camino por la ciudad, autos, carteles publicitarios,
negocios de ropa, de música, de libros, de comida, de valores y de ideas. Llego
a mi casa, me recuesto, cierro los ojos y todas las imágenes se vuelven una en
un preciso instante.
Vuelvo a salir y camino por la ciudad. Mi mente no
llega a asimilar el pasado y ya hay un nuevo presente: más negocios, productos,
ofertas, bienes y servicios a mi disposición. Entro en un bazar donde
conviven tazas con remeras, almohadones con hebillas, jugueras con libros.
Salgo y sigo caminando por la ciudad. Es el anochecer y entre dos edificios
altos y un mundo de ruidos variados veo la luna, me abrazo a ella y miro desde
arriba. Creo tomar conciencia de donde estoy sumergida. Me despido de ella
prometiendo que volveré.
Bajo y camino por la ciudad, es de noche y los
carteles brillan en todo su esplendor. Me ofrecen cinco volantes, se aparecen 4
ofertas de lo último en tecnología (lo primero fue hace siglos y lo anteúltimo
hace apenas unos segundos), cruzo mirada con tres personas y sigo camino, dos
pasos y un pensamiento, un mundo, una unidad compuesta de eternas partículas.
Saco la billetera y me compro un cd de bossa nova, me dan ganas de entrar en
ese género musical. De paso miro tantos otros discos que me gustaría comprar.
Ahora ya no sé, quien esta a disposición de quien.
Llego a mi casa, me invitan a salir y no salgo, mi
mente esta cansada, aturdida. En poco tiempo un hiper espacio se apropio de mi.
Recuerdo que le dije a la luna que volvería.
Hoy, aquí, necesito reflejar en mis obras este
espacio percibido en un tiempo diminuto. Por cada latido de tierra millones de
productos son fabricados. Cada obra mia será un latido, de la tierra, uno mio y
un reflejo de mi percepción de este mundo contemporáneo, frenético, urgente,
esquizofrénico.
Florencia Borowski, 2006